Nuestra brújula es un hexágono con seis ejes temáticos que guían nuestra ruta:
Nos encontramos en un mundo globalizado, saturado de imágenes que han llegado a reemplazar la realidad. Las informaciones sobre este mundo son fragmentarias, fluyen a una velocidad que desafía la cognición humana (especialmente en la infancia) y pueden confundir. Sin embargo, vemos con curiosidad que esas condiciones permiten la aparición de nuevas visualidades; y nuestro estímulo es crearlas para que cobren sentido desde nuestras realidades vitales.
El MURA surge desde nuestra inquietud artística por acercarnos a las imágenes en movimiento, desentrelazar sus mecanismos de ilusión y propiciar una pedagogía de la imagen. Consideramos fundamental la formación en métodos de creación audiovisual, como en lectura y comprensión de contenidos y conceptos audiovisuales, y esto lo proponemos a partir de procesos creativos y colaborativos que abren nuevas posibilidades desde una sensibilidad histórica y una lectura crítica de los avances de la tecnología.
En el MURA concebimos el museo como una red (física y virtual) de intercambio de formas simbólicas (patrimonio intangible), en la que se combina la función de lectura, exposición y almacenamiento, con la del procesamiento de la información. Un museo como vehículo de diversas lecturas y construcciones de sentido, que transforma continuamente las experiencias en memoria y la memoria en experiencias.
Los dispositivos culturales del MURA recorren diferentes territorios y funcionan como interfaces que propician el encuentro físico entre los miembros de una comunidad. Crean canales de expresión a través del cuerpo, que promueven una capacidad de estar presentes y conscientes de lo que constituyen nuestras identidades. El MURA reconoce nuestra diversidad cultural y geográfica, y la importancia de valorar dicha riqueza.
Entendemos el MURA como un medio para la expresión, que establece nuevos lazos de comunicación. Un lugar donde el derecho a la palabra y la escucha públicas se da a través de los medios audiovisuales, permitiendo a individuos y colectividades, compartir sus culturas orales, sonoras y visuales en los nuevos lenguajes y las nuevas escrituras.
Nos gusta jugar, valoramos el juego como un saber inherente al ser humano. Reconocemos la infancia como la etapa donde esta sabiduría se puede experimentar de manera más intuitiva. El juego, como creación de sentido libre y consciente, fundamenta el intercambio respetuoso y fructífero entre niños y adultos. Esta visión ilumina todos los escenarios del MURA. Las actividades de formación se desarrollan a manera de juego. Así mismo, en la producción de contenidos audiovisuales, las nuevas tecnologías y la imagen digital se utilizan como herramientas de trabajo, siempre supeditadas al ejercicio consciente de la libertad creativa.